Me gustaría destacar
las ideas que más me han llamado la atención del texto de Escandell "Aportaciones a la Pragmática":
- El reconocimiento de
la intención del emisor es un paso imprescindible para que no se produzcan
malentendidos.
- Desde pequeños nos
vamos acostumbrando a determinados patrones de interacción asociados a
determinadas situaciones, y son estos hábitos los que acaban generando una base
de conocimiento interiorizado relativamente estable: precisamente de esto se
habló en la sesión de chat del viernes, ¿Aprendemos los patrones de interacción
social de manera consciente o inconsciente? En mi opinión un poco de todo, y es
que creo que depende de la frecuencia en la que se den las situaciones en las
que nos encontramos.
- Los actos que
favorecen la relación por su propio contenido intrínseco son los que menos
necesitan de las maniobras lingüísticas de compensación. Esto explica, por
ejemplo que los ofrecimientos se hagan típicamente en imperativo, y no con las
fórmulas habituales de las peticiones: nunca me había parado a pensar en esto.
Es paradójico que el imperativo, que es una fórmula a simple vista ruda o de
mala educación si se presenta fuera de contexto, sea la manera más educada de
hacer un ofrecimiento. Significa entonces que no se deteriora la relación social
y por lo tanto no es necesario embellecer y mitigar el enunciado.
- Los parámetros con
arreglos a los cuales se evalúa lo que es costoso o beneficioso para el
destinatario varían considerablemente de cultura a cultura.
-
Enseñar a interactuar de manera adecuada y fluida es tan importante como
enseñar a producir enunciados gramaticalmente correctos, con la diferencia de
que la incorrección gramatical se enmienda inconscientemente en la
interpretación, mientras que la inadecuación pragmática no se detecta ni se
corrige con la misma facilidad. Cuando hay fallos de esta clase, se originan
malentendidos, y éstos crean estereotipos negativos.
Hola está muy bien tu blog, me gusta!!
ResponderEliminarsaludos