"El portfolio del profesor como instrumento de autoformación", E. Atienza
Tal y como había previsto
Fuensanta me ha resultado una lectura muy interesante y de gran ayuda porque
recoge de manera clara las principales características de un portfolio y resume
lo que hemos ido aprendiendo hasta ahora.
Yo soy una de esas personas de
las que habla el texto a las que le cuesta reflejar lo que piensa en el
portfolio porque me siento expuesta. Debido a mi dificultad para escribir mis
reflexiones al principio me parecía una herramienta inútil y un trabajo pesado.
Sin embargo, a medida que ha ido avanzando el curso y sobre todo tras leer este
texto, estoy aprendiendo a verlo de un modo diferente.
El portfolio es un reflejo de
nuestro proceso de aprendizaje y por lo tanto merece la pena hacer un esfuerzo por
trasladar a él las cosas que más nos llaman la atención y analizarlas
correctamente. Es una herramienta a la que nos remitiremos en el futuro ya sea
para refrescar nuestra memoria sobre por qué actuamos como actuamos en clase o
para constatar la eficacia de los cambios que hayamos efectuado en nuestra
actitud y nuestro trabajo como docentes. Las reflexiones que plasmemos en el
nos servirán para entender por qué nos comportamos como lo hacemos y esa
actitud reflexiva y autocrítica, tal y como dice la autora, nos puede ayudar a
potenciar la autonomía: “Si los docentes se autoevalúan, aprenden a conocerse,
por consiguiente a saber cuáles son sus debilidades y fortalezas”. Y por ende
aprenderemos a ser mejores profesores.
Entre los recursos que tenemos
que tener siempre a mano para poder aclarar dudas, organizar clases, llevar
actividades al aula o actualizar conocimientos deberíamos incluir el portfolio
ya que quizá sea ahí donde más ayuda encontremos para cambiar nuestras
actitudes y reorientar las clases.
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