La primera creencia que me ha
hecho reflexionar ha sido la de profesor nativo o no. Siempre he estado a favor
de los profesores nativos pero reconozco que no basta con serlo, sino que es
necesaria una formación como docente de lenguas extranjeras para poder aclarar
dudas a los alumnos y tener una base sólida para impartir clases. Por este
mismo motivo puede que una persona no nativa pero con un alto grado de
formación sea más capaz de realizar el trabajo. Además, al haber sido ella
misma aprendiente de dicha lengua, sabe cuáles son los problemas que puede
tener un alumno en el aprendizaje y le podría resultar más fácil manejarlos. De
todas formas creo que el caso ideal sería el de nativo con formación como
enseñante de lenguas extranjeras.
Otra idea que no comparto es
la de que en clase el profesor enseña la forma de aprender que él considera más
adecuada. El puede tener una estrategia preferida pero cada alumno es un mundo
y creo que debería dejarles descubrir cuál es la que mejor funciona para cada
uno. Creo que no se debería centrar en aconsejar una forma de aprender sino que
debería enseñar más de una para que cada estudiante encuentre la que mejor se
adapta a él.
Por último, al hilo de lo que
comentaban mis compañeros de grupo sobre el mejor método de evaluación, durante
mucho tiempo yo también he estado convencida de que los exámenes eran el único
modo de controlar y medir el aprendizaje. Esta creencia está sin duda marcada
por mi etapa como estudiante, en la que la evaluación se hacia casi siempre
mediante exámenes. Cuando llegaba un profesor que decidía innovar un poco y
evaluarnos de otra forma siempre había alguien que decía: “¡aprobar sin examen
tiene que ser facilísimo!” o “¿seguro que es un profesor serio si no os hace
ningún examen?”. Poco a poco he ido descubriendo que existen otras formas de
controlar el proceso de aprendizaje y de aprender. Por poner un ejemplo, hace
un par de años empecé a estudiar italiano y en todo este tiempo sólo he hecho
un examen. Esto no quiere decir que no haya aprendido nada por no tener la
presión del examen. Es más, creo que está siendo el idioma que estoy aprendiendo
de una manera más efectiva. Me voy marcando objetivos y yo misma en mi día a
día voy comprobando si los cumplo o qué tengo que modificar para llegar a
ellos, una especie de autoevaluación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario